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martes, 19 de julio de 2016

Lo esencial

Buenas noches!
Tras cinco horas de vuelo con escala de por medio, problemillas técnicos en Atenas y un viaje de otras cinco horas en coche, llegamos a Filippiada. Contactamos  con el dueño de la casa, que nos guía hasta nuestro nuevo hogar pasando por el "Hotspot" de los refugiados. Hace un sol y un calor increíble, y solo son las 8. Nos duchamos y planeamos una tranquila aclimatación: pasar por el campo para conseguir los papeles y ver un poco el lugar, ir al pueblo y hacer las compras de las próximas dos semanas. 




Llegamos al campo y entramos sin mucha dificultad. Una voluntaria llamada Patricia se ofrece a darnos una vuelta por el campo, y a partir de ahí... sálvese quien pueda. Llega y se va gente voluntaria todos los días y faltan manos para cualquier cosa a todas horas.

Es difícil describir lo que hemos vivido hoy como primer día. Quizá con unos datos y alguna foto lo consigamos...

En el campo viven unas 600 personas refugiadas, la gran mayoría de origen sirio. También hay alguna familia afgana. Tienen 10 duchas y 15 baños químicos para todos.





Los niños se nos echan encima, nos abrazan, juega  y hablan sin parar aunque no les entendamos. No podemos parar de sonreírles. Las mujeres y los hombres adultos nos saludan animados desde sus tiendas. En el centro hay un pabellón que sirve de Warehouse (almacén) con TODO lo que llega de donaciones. En cajas, bolsas, mezclado, sucio... Todos los voluntarios pasamos 2 horas diarias obligatorias ordenando alguna parte del almacén, para que pronto sea un lugar accesible para los refugiados y puedan gestionar ellos mismos lo que necesitan.



Somos unos 40 voluntarios. Además del almacén, realizamos talleres y actividades por la mañana y por la tarde: deportes, juegos, manualidades, peluquería, pintura... También hay un cubito de piedra que hace las veces de escuela. Les enseñamos algo de inglés a todos los niños que aparecen por ahí: hoy han aprendido colores y prendas de vestir. Además, algunos voluntarios pasan la tarde por las tiendas charlando o tomando té con los refugiados. Haciendo vida con ellos.









Mañana empezaremos la rutina de verdad: Alba como médico del campo, Sara y Jaio en la escuela de inglés y Adriana en talleres.
Poco más que contar por hoy...

Gracias por vuestra visita!

Alba, Adriana, Sara eta Jaio